sábado, 1 de marzo de 2014

LA VOLUNTAD DEL VOLUNTARIO


Es difícil trabajar en un entorno que no es el tuyo, con gente a la que no terminas de entender y con una organización realmente desordenada. Es desmotivaste no tener unas metas claras y precisas. Hartarte de esperar y de no poder hacer las cosas como te gustaría.

Es difícil vivir como aquí se vive, sobretodo viniendo de otra cultura, de otro país, de múltiples e infinitas comodidades.

Es complicado cuando las quejas se acumulan, cuando las ganas de rodearte de los tuyos te pueden, cuando la añoranza de la cosa más banal y estúpida te ronda por la cabeza todo el día.
Pesan los días, las montañas y la falta de una ducha, una cerveza con un pincho de tortilla, un colchón donde dormir… una tarde frente al mar…

Es complejo entender que nuestra labor aquí no es más que una pincelada en la vida de esta gente. Que realmente no hemos venido a cambiarles la vida. Que ellos son como son, y viven como viven. Y como viven es como hacen las cosas y no como nosotros estamos acostumbrados…

Es un ejercicio de honestidad tremendo darse cuenta que tampoco nosotros tenemos la solución, y que nuestro mundo a pesar de estar más desarrollado no tiene por qué ser el ejemplo perfecto para acabar con sus dificultades…

Estamos ya a final de proyecto, sólo nos queda semana y media para dejar Taluwa y los ánimos están por los suelos, hay quien sueña con irse, porque no ve el fruto de su trabajo, hay quién desearía estar ya en España. Y es lógico, yo a veces también lo siento.

Pero es momento de reflexionar y de entender que nuestro paso por aquí no es más que la oportunidad de ofrecer un aire distinto a esta gente, que el trabajo que hemos desarrollado no sólo ha dependido de las posibilidades de las que hemos dispuesto.

En mi caso, en mi proyecto no he tenido seguimiento ninguno, ni planing mas que el que yo he programado. Mis metas eran documentar el trabajo del resto de voluntarios, por lo que he tenido que ir siempre siguiendo sus planes. Sin que la organización me diera más detalles o facilidades.

Todo el equipo técnico ha corrido de mi cuenta, y he tenido grandes problemas sobre todo con el audio…ya os sangraran los oídos cuando oigáis el resultado…traje un micro ambiente, y debería haber traído uno de corbata para las entrevistas…pero no lo sabía… Por no hablar del peso con el que he tenido que cargar siempre que me he movido algún sitio… ¡YO HUBIERA NECESITADO A UN SERPA!

Así que lo que he hecho y lo que no, sólo ha dependido de las ganas y la voluntad que yo le he puesto. Yo soy la responsable.

La situación ideal hubiera sido que me dijeran el número de videos que querían, y específicamente sobre qué querían que hablaran, que me facilitaran un guion al que acogerme para el documental. Que me dieran unas pautas. Pero en serio, si en España cuando me encargan un video, ese cliente pretencioso que piensa que sabe de todo no me lo da… ¿cómo me lo iba a dar esta gente?

Para hablar del trabajo de los voluntarios he hecho entrevistas a cada proyecto y en el mejor de los casos a algún beneficiario, y con eso y con las imágenes del trabajo diario he hecho un video de cada programa.

Y para hablar de Taluwa y de porqué la ONG trabaja aquí he (casi) obligado a Alba (mi inglés es insuficiente) y hemos creado un guion para hacer un pequeño documental. Y voy a obligar a Carlo para que me haga de voz en off.

En un principio se lo pedí a la ONG, y esperé y esperé hasta que se me ha echado el tiempo encima y he decido resolverlo por mi cuenta. Lo más fácil hubiera sido cruzarme de brazos y decidir que era responsabilidad de la ONG y si ellos no lo hacía yo no iba a hacerlo.

¿Pero a que he venido yo aquí? Es mi responsabilidad y mi trabajo. Así que finalmente a una semana y media de terminar tengo más trabajo que nunca y de verdad, no quiero que esto termine sin que pueda sentirme orgullosa.

Mi voluntad como voluntaria es hacer aquello por lo que vine y no irme sin haberlo hecho.

De otra forma esto no habría tenido sentido.

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